Hablemos con calma de Cristiano Piccini

En el Valencia hay que tener paciencia con Cristiano Piccini, mucho tacto, mucha cabeza y mucho más sentido común. El día del Elche jugaba 70 minutos, y aunque muchos lo esperábamos de titular contra el Arenteiro en Copa del Rey, finalmente jugó Foulquier, que tuvo la mala fortuna de lesionarse. En ese movimiento ya pudimos leer que Bordalás le tiene fe, porque el técnico alicantino aprovecha los recursos que tiene, pero que su físico llega hasta donde llega, y ahora mismo, no se le puede llevar mucho más allá. Aunque tenga que ser así por pura necesidad.

Morales hizo con él casi lo que quiso durante muchos minutos. Con campo, el extremo granota corría y corría y llevaba a Piccini por la calle de la amargura de forma permanente. El Levante vio claro dónde esta la fuga, y por ahí nos atacaron sin descanso la primera media hora, esa en la que íbamos perdiendo 2-0 y en la que todo apuntaba a derrota casi segura. Piccini no perdió la cara en ningún momento, y se le vio activo, pero la chispa en ese costado no la tiene todavía.

Midiendo bien los esfuerzos y siendo inteligentes, y Bordalás lo es, el italiano puede ser un buen activo para lo que queda de año, pensando que en junio termina contrato. No veo a nadie pagando por su fichaje en este mes de enero, en principio, y lo cierto es que por su honestidad y profesionalidad, tampoco merece que llevemos ninguna situación al extremo. Repito, aunque sufrió de lo lindo, está mucho mejor, y la sensación es que puede estarlo un punto más.