El Valencia y el final de la broma

Si de nuevo cuatro buenos resultados, como el año pasado, hacen que se nuble la visión, es que estamos condenados a seguir vagando por la nada

Toni Hernández | 23 ABR. 2017 | 00:01

Durante los últimos días hemos asistido de nuevo a un sainete en torno al Valencia que pasaba de lo trágico a lo cómico y vuelta como su fuera lo más normal del mundo, hablando de las excelencias de Voro en el banquillo, de lo alto que podía quedar el equipo en la tabla (esta es de las mejores burradas que se han visto en años), y haciendo unas quinielas que no había ni por donde cogerlas, con esa frase de manicomio, “en función de la posición que ocupe el equipo a final de Liga, el club elegirá entrenador”. No sé de dónde han podido salir tales excentricidades, vamos a dejarlo en eso, pero nos tienen ni pies ni cabeza, porque además, el equipo ya ha terminado el año, ni Voro ni el mejor entrenador del mundo conseguirá que se compita como si fuera la vida en cada partido hasta el final, porque no te juegas nada, y cuando creas expectativas sin base, luego te pegas tortas sin remedio.

Y de las que duelen, porque el aficionado del Valencia se deja la comida del sábado para las 15 horas para ver a su equipo, y se cuenta una broma sin intensidad. Y sin gustarme, tampoco se puede matar a nadie, porque para bien o para mal, es lo normal, lo habitual, aquí y en Japón. Pero lo que no tiene sentido es que se venda una película que no exista, que se intente estirar el chicle de Voro en base a unos resultados que no van a llegar, porque es imposible, y con esto manchar una figura intachable que hace ya semanas tendría que estar en su sitio dentro del club para el año que viene. Todo lo que sea prolongar esto va a hacerle daño, y el Valencia necesita a gente de la casa inmaculada, y Voro lo es. Dejemos ya de hacer el indio, que somos todos muy mayores, y terminemos ya con esta broma.