6 puntos de 6, Valencia estable, Voro todo bien y ahora un entrenador nuevo y a por todo

Voro se va con pleno, misión cumplida, y ahora toca, con más calma por la clasificación, cerrar al entrenador y mirar hacia arriba

Toni Hernández | 25 SEPT. 2016 | 13:51

Cuando acabó el partido del Athletic de Bilbao con derrota, cuando se echó a Pako Ayestarán el martes, que se tardó incluso demasiado porque su presencia en el equipo no tuvo nunca sentido, el escenario era que de nuevo Voro tenía que sacar al equipo del lío como transición, había por delante dos partidos delicados en apenas 3 días contra Alavés y Leganés, y todo lo que ni fuera salir del trance con 6 puntos era un problema y gordo. Pasados los dos encuentros, el equipo ha logrado las dos victorias, de mejor o peor manera, pero lo ha hecho, con los mismos horrores defensivos que con el técnico vasco (aquí el margen de mejora es bestial), y con algo de pegada menos pero mucho más efectiva, que al final es lo que vale. Es el mismo equipo, los mismo jugadores, pero con otra forma menos suicida de jugar a esto, y se nota.

El nuevo entrenador, que será Marcelino si la RFEF da el OK, y ojo que no sea Rubén Baraja si dice que no, tiene por delante un trabajo gigante, pero con una dosis de moral alta, imposible de pensar hace apenas 4 días, con una plantilla mejor que la del año pasado, de largo, con Garay para volver tras el parón, con Mangala cogiendo galones y un centro del campo que crece aunque sea con cambios (en esta parte del campo es donde se gesta la mayor cantidad de ocasiones del contrario). El equipo tiene un potencial que se percibe, que se siente y se presiente, y eso es el punto de arranque clave. Un apunte más: Diego Alves paró un penalti, si, del que tuvo toda la culpa. Estamos lejos de su mejor versión, y hace falta de forma urgente.