Un Valencia - Bayern bajo la lluvia

La tormenta obligó a suspender el primer partido oficial entre ches y bávaros

Jose Hernández | 18 SEPT. 2012 | 10:23

Bayern de Munich y Valencia CF volverán a enfrentarse en competición europea en un duelo convertido ya en todo un clásico para los dos clubes, que se vieron las caras en eliminatorias a doble partido, encuentros de fase de grupos e incluso en una final de la Liga de Campeones; el Valencia jugó por primera vez ante el Bayern en la Recopa de Europa 1967-68.

La temporada anterior fue positiva tanto para el Valencia como para el Bayern de Munich. Los de Baviera alcanzaron su primer título europeo tras vencer en la final de la Recopa de Europa al Glasgow Rangers, mientras que los valencianos se alzaron por cuarta vez con el trofeo de copa español, tras derrotar al Athletic de Bilbao en una final que contó con un gran ambiente en las gradas del Santiago Bernabeu.

Bayern Campeón Recopa Glasgow

Aquellos triunfos provocaron que los dos clubes jugaran la Recopa la temporada siguiente (aunque los alemanes, también se habían llevado la copa alemana al margen del entorchado europeo por segunda campaña consecutiva en menos de diez años). Fue la primera vez que los dos clubes disputaron una eliminatoria, y también supuso el estreno del club valencianista en la segunda competición continental en importancia del fútbol europeo.

El Valencia logró clasificarse sin excesivo esfuerzo en las dos primeras rondas; dejó fuera al Crusaders F.C de Irlanda del Norte y al Steaua de Bucarest sucesivamente. Pero en cuartos de final, un enorme hueso se presentó para frenar el camino de los hombres entrenados por Edmundo Suárez “Mundo”, nada menos que el potente Bayern de Munich. Los alemanes estaban a punto de convertirse en uno de los conjuntos más poderosos del fútbol europeo, y su triunfo en la Recopa de la temporada anterior, representaba un enorme aviso de lo que llegaría años después.

El Bayern aterrizó en Valencia a finales de Enero de 1968 con un equipo repleto de futbolistas de calidad: Franz Beckenbauer, Sepp Maier o Gerd Muller, eran alguno de los baluartes con los que contaba el gigante alemán. Pero aquel enfrentamiento quedó marcado por un hecho que alargó la eliminatoria más tiempo de lo previsto; un acontecimiento que pudo evitarse.

Una espectacular tormenta acompañó la primera visita del Bayern a la ciudad del Túria. El campo de Mestalla se llenó de agua en la tarde del 31 de Enero de 1968, aunque el césped no acusó la violencia de la lluvia con la contundencia que parecía. Parte de las líneas de banda estaban encharcadas, pero nadie hubiera apostado por la decisión adoptada por el colegiado del encuentro, el señor Kitabjian, que decidió suspender el partido ante la incredulidad de gran parte del público que ya se acercaba al estadio valencianista.

“Terreno impracticable para la disputa de un partido de fútbol”, rezaban los telegramas. Domingo Balmanya, el primer técnico que consiguió clasificar al Valencia para una final europea y seleccionador español por aquellas fechas, se mostraba sorprendido ante la decisión del trencilla francés; sus palabras reflejaban a la perfección el sentimiento general de los aficionados que como él, iban a presenciar el encuentro: “si en la liga española se suspendieran este tipo de partidos, no se jugarían la mitad”.

Lo único cierto es que el Bayern volvió a Valencia en la semana siguiente, y el conjunto “ché” tuvo que disputar la ida de la eliminatoria tras una trabajada visita al Camp Nou aquel fin de semana.

El Valencia afrontó el choque con mucha decisión, sin especular ante un rival que se antojaba superior pero con el que se buscaba aprovechar el factor campo para conseguir un resultado que ofreciera cierta tranquilidad en el partido de vuelta.

Un gol del polivalente Luis Vilar encendió Mestalla. El campeón no encontró su lugar en el partido, acosado por la presión del equipo local y ahogado por una disposición táctica que estuvo a punto de costarles el encuentro. El Bayern especuló con el resultado, aunque contaban en su retaguardia con la jerarquía de Franz Beckenbauer, cuya actuación fue vital en el desenlace del choque. Pero cuando el Bayern ya daba por buena la derrota por la mínima, llegó el mazazo para el Valencia. Manolo Mestre, el central que había firmado una de las páginas con más épica de la historia “ché” en 1963 con aquel gol ante el Dunfermline, no se entendió con su compañero Abelardo, y un balón aparentemente sin peligro, terminó en el fondo de la portería valencianista. Los alemanes guardaron el botín, conscientes de que en Alemania, su rival ofrecería poca resistencia.

El Bayern solo había sido derrotado en una ocasión en Europa en el Grunwalderstadion de Munich. El rodillo alemán contaba sus últimas apariciones por goleadas; había aniquilado al Vitoria Setubal por 6-0 y al Panathinaikos 5-0. El Valencia debía ganar en un infierno, y como era de esperar, no lo consiguió.

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Con unas condiciones climáticas muy dramáticas (el termómetro marcaba dos grados bajo cero) y una afición local entregada, decidió un solitario tanto de Gerd Muller. Los de Mundo acusaron la baja de Ansola, pero pese a la derrota, ofrecieron un derroche de energía ante un Bayern que caería derrotado en las semifinales frente al Milán.

Fue la primera vez que se vieron las caras en Europa, y de ello han transcurrido ya 44 años. La final de 2001 superaría cualquier precedente previo entre dos equipos que se conocen, se temen y también se respetan. Bayern de Munich y Valencia, protagonizarán sobre el césped del Allianz Arena un clásico del fútbol europeo.