Guillamón, del futuro prometedor a un problema por resolver

Hay operaciones que marcan el ritmo de la planificación. Una de ellas es la de Hugo Guillamón, cuya salida se ha convertido en uno de los temas más complejos a pocos días de iniciar la competición, Ron Gourlay habló de él en su comparecencia ante los medios.

El jugador, que hace no tanto era considerado un activo de futuro, ha perdido peso en la plantilla hasta el punto de no entrar en los planes prioritarios de Carlos Corberán en el Valencia. La cuestión no es únicamente deportiva. Su contrato, firmado en otro contexto, le sitúa en una franja salarial alta para un futbolista cuyo protagonismo ha disminuido notablemente. Esa combinación obliga al club a buscar una solución que permita liberar espacio en el límite y, al mismo tiempo, encontrar un destino donde Guillamón pueda recuperar sensaciones. En el césped, su rol se ha ido diluyendo. De central a pivote, y de ahí a una situación en la que no termina de encajar en el sistema actual.

La llegada de perfiles más físicos ha reducido sus opciones, mientras que en el centro del campo la competencia es feroz con Pepelu, Guerra y otros nombres en clara dinámica ascendente. Para el Valencia, resolver este caso es más que un movimiento de mercado: es ordenar la plantilla y evitar que el inicio liguero llegue con frentes abiertos. Guillamón necesita un cambio que le devuelva continuidad y confianza. Las próximas semanas serán decisivas para saber si esa salida se materializa mediante una cesión, un traspaso o un acuerdo definitivo. Lo que está claro es que el tiempo corre, y ni el jugador ni el club pueden permitirse alargar más esta historia.