Las causas del giro radical del Valencia
Lo que ha pasado esta campaña no es normal, y más allá de sesudos análisis, igual todo es más "sencillo" de lo que pueda parecer

Analizar las causas del giro radical que ha dado el Valencia 24/25 nos podría llevar un tiempo que no tenemos, y nos conduciría a muchos debates que seguro que iban a terminar mal, porque al final, por suerte o por desgracia, todo se resumen en algo tan sencillo como complejo, en un detalle que no nos puede pasar por algo, en un factor tapado que siempre resulta determinante: el fútbol.
Hay cambios respecto a la primera parte del curso, por supuesto, porque se han recuperado jugadores lesionados, algunos titulares han vuelto a alcanzar un nivel óptimo, fichajes como Sadiq han dado un diferencial que hacía mucha falta…
¿Que la culpa de todo la tenía Baraja? Pues hombre, su parte de responsabilidad, seguro, la tenía, que al final era el entrenador, pero ni los años anteriores era el mago Merlín, ni este curso un zoquete. Que eso se nos pasa por alto. Y con Corberán podemos decir casi lo mismo, siempre dejando claro por delante que su trabajo ha sido sobresaliente, con todas las letras, pase lo que pase.
El fútbol, el responsable, son los jugadores, y cuando estos van, y son más bien mejores que peores, todo fluye, no hay que darle muchas más vueltas. Porque luego, ese contexto genera una confianza descomunal que hace que vuelen, que incluso parezcan mejores aún de lo que realmente son, y ahí es cuando todo cobra sentido.
Podemos darle mil millones de vueltas, que sé que lo haremos, pero al final todo empieza y acaba ahí. Y este año, el Valencia, ha llevado a su grado máximo esta explicación tan sencilla y a la vez tan compleja de este maldito y bendito deporte.