Ni la peor guerra de la historia para la ilusión en el Valencia

La fuerza más poderosa del Valencia es su afición, a quien le da gasolina la ilusión por sentir este escudo. Ir contra eso, que es el ABC de toda la vida, es contradecir los principios básicos del sentimiento de pertenencia, y como decimos tantas veces, cargarse el legado que pasa de padres a hijos desde hace más de 100 años. Y que ojalá siga siendo así toda la vida, que será lo mejor que nos pueda pasar a todos, incluso cuando ya no andemos por aquí.

Los pases se van a terminar, y hay demanda de más, aunque no tengo nada claro que salgan a la venta más allá de los cambios de localidad de cada año. Para el primer amistoso no quedan entradas, y eso que es Paterna un sábado por la tarde de julio. Y en las tiendas oficiales del club se baten récords de ventas de todo tipo de artículos. Y todo ello siempre con un campaña en contra al respecto, porque eso, para algunos, "es darle dinero a Meriton".

Como ocurre tantas veces en la vida, el dato mata al relato, y aquí ocurre lo mismo una vez más. El valencianismo es muy consciente de lo que pasa, de dónde está el problema, de quién es el problema para hablar con más propiedad. Pero como toda la vida, pone al Valencia por encima de todo y de todos, y es por ello que hemos podido cumplir 105 años y los que nos quedan. Ver esto es fácil, si uno quiere verlo, claro, que tampoco es tan habitual.