Honor a los valencianistas que van a ir a Sevilla

Si tuviera 20 años otra vez, iría a Sevilla a dejarme la garganta por el Valencia. Lo he hecho muchas veces en mi vida, tengo mi conciencia muy tranquila al respecto, porque tanto como aficionado como profesional he tenido la gran suerte de ver en directo los partidos más importantes de este equipo en los últimos 40 años. Empezando por aquel día que perdimos 3-0 en Barcelona en 1986, y lo que supuso, hasta el pasado domingo contra el Espanyol en Mestalla.

Muchísimas horas en coches, autobuses y aviones, con tensiones de todos los colores e historias para contar que podrían escribir varios libros, y no sólo el que ya tengo publicado. Pero como en todo proceso vital, ahora les toca a los que vienen detrás, que son los que tendrán que ir a las finales que juguemos en el futuro, porque las jugaremos, y ya los que vamos teniendo una edad, a quedarnos en casa y dejar paso, que es el proceso natural y más bonito que pueda haber.

Yo he tenido esa edad y me he montado en un bus a Vigo, en 1996, pensando que podíamos ganar una Liga que era poco menos que imposible. Y ahora, casi 600 valientes, se van a meter un viaje a Sevilla y volver en tiempo récord, buscando que su equipo no baje a Segunda. Nada nuevo para mi generación, como ya he dicho, aunque a ellos estoy seguro que les va a ir mejor, y que el recuerdo no será tan amargo.

Honor a esos aficionados al Valencia que demuestran, como viene pasando todo el año, que este club está vivo, muy vivo, algo que incluso se llegó a poner en duda… aunque ahora mismo no es tiempo de todo eso, ahora no.