Peter Lim y el Valencia Club de Fútbol, sus decisiones y sus fichajes

Una semana decisiva en el club, el dueño ha vuelto a tomar las riendas, y puede no ser la última sorpresa que depare su actividad al valencianismo

Toni Hernández | 20 AGO. 2016 | 00:02

Daría mi sueldo por una entrevista a Peter Lim, abierta, pudiendo hablar de todo, porque la hora que pasé con él hablando de fútbol en su día me pareció más que interesante, quizá porque no me esperaba que un tipo de Singapur apareciera en un partido del Mestalla, quisiera tener controlados a todos los jugadores, y que cuando le contesté que yo realmente era periodista deportivo tuviéramos una charla que me quedo para mi, y que fue deliciosa. Es alguien al que le gusta el fútbol independientemente que luego tome decisiones acertadas o no, que estemos de acuerdo o no, o que salgan bien o no. Y tiene amigos en esto, como los tengo yo, aunque los suyos se llaman Jorge Mendes, y como yo, cuando tiene dudas les pregunta. Y no habla con nadie de aquí, que eso nos mata, porque nos gusta tener acceso al que manda, porque es lo que ha pasado de toda la vida. Y a nosotros nos gusta hablar de que vende a Andre Gomes, o negocia con el Arsenal por Mustafi, o con el Barcelona por Alcácer, o con el Sevilla por Diego Alves, o con el United por Mata, o coge un vuelo y se va a decirle a Nani que se venga al Valencia. Que todo eso también lo hace.

Cuando alguien mete, del modo que sea que luego mi amigo Santi se enfada conmigo, 194 millones de euros en una empresa no es para hacer el indio, aunque algunas decisiones parezcan mucho peor que eso. Pero aquí hay mucha parte del trabajo que no se ve, porque lo que hace ruido es elegir a un tipo que no vale como Neville o que tu delantero de 30 kilos no sea ni la sombra de Negredo. "Es fútbol", sí, la respuesta ya me la sé. Pero el que puso remedio a que el Valencia se fuera al garete fue él, valencianos en la cola de las ofertas de compra no vi muchos, aunque a muchos valencianos sí les vi hacer el ridículo y embarcarse en proyectos de dudoso origen buscando tener un puestecito para medrar. Vamos, lo de siempre. Aunque lo más gracioso no es eso.

"Lim se lo venderá a unos árabes", "se lo devolverá a Bankia"... Dos latiguillos que se oyen mucho, pero una cosita, ¿Y? ¿Cómo podemos tan poco memoria por no decir otra cosa más desagradable? ¿De quién era el Valencia? Cuando alguien compra una cosa la puede volver a vender, y si la ha comprado porque el antiguo dueño era un inútil, ¿hay encima narices para cuestionar lo que se haga? Es de tenerlos cuadrados, se diga lo que se diga. "Es quer Lim engañó al valencianismo". Je, je, je... ¿Lim? ¿Seguro? ¿Hacemos memoria? Aquí nadie trabaja gratis, nadie, ¿lo tenemos claro?