El Valencia CF y sus internacionales

La polémica sobre la elección de Brahim Díaz y su deseo de jugar con Marruecos ha sido el último incendio generado por parte de un sector de la prensa española. El futbolista del Real Madrid pidió una serie de beneficios y el seleccionador optó por tratarle como a uno más. La noticia no pasaría de anécdota si el futbolista no fuera uno de los madridistas de moda, además, Brahim ha elegido con libertad y en este momento prefiere dirigir su carrera defendiendo los colores de la selección africana.

La polémica y las conclusiones de algunos no dejan de ser curiosas, pero definen muy bien el rumbo que ha tomado la crítica en el fútbol español. Evidentemente todos los jugadores no son tratados de la misma manera y existen futbolistas que deben hacer el doble para ser valorados. Centrándonos en el Valencia, la relación del club de Mestalla con la selección siempre fue un idilio complicado. A todo aficionado le gusta ver a los suyos disputando partidos internacionales, pero también hay que reconocer que las convocatorias masivas llegaron a ser un problema para el club (la doble vertiente es inevitable).

El mismo Gayà ha soportado en sus carnes la sobrecarga de partidos, y al mismo tiempo el de Pedreguer sufrió la injusticia de no ser defendido de la misma manera cuando pasó momentos duros como su exclusión de la Copa del Mundo de Catar. Si nos detenemos en la plantilla actual, no sería descabellado pensar que jugadores como Hugo Duro, Pepelu o Mosquera son futuribles del equipo nacional. En el caso del alicantino la diferencia de criterio que está viviendo respecto a Brahim reafirma la tesis de que no se analiza la situación de todos los seleccionables de la misma manera. En la historia encontramos ejemplos de todo tipo, el propio Mista no fue convocado para la Eurocopa 2004 tras una temporada espectacular en el Valencia, y otros jugadores volvieron a la selección justo en el momento en el que firmaron por clubes de mayor cartel. Es un debate controvertido pero que siempre regresa a escena cuando los implicados pertenecen a determinados equipos y no a otros.