El racismo en el fútbol español: no es el qué, sino el quién

Mestalla y el valencianismo no es racista, y aunque no hacía falta decirlo, el pasado sábado quedó claro. Se tuvo que aguantar el lamentable show de Vinicius, seguro que guionizado por Netflix para mayor gloria de su relato mentiroso y absurdo, y para la que intentó montar, no se le dijo nada. Porque si todo lo que se puede decir es que un niño, sentado en el regazo de su padre, le llamó mono, lo cierto es que poco tiene que rascar nadie en la cruzada esta imbécil que tienen con nosotros.

Sin embargo, Peter Federico tuvo que restringir sus redes sociales porque al chaval se le ocurrió arengar a la grada para intentar ganar el partido, que bien pudo decidir en una de las dos ocasiones que tuvo, lo que conllevó que hordas de madridistas, o presuntos, porque seguro que el madridismo tampoco es racista, le insultaran de todas las formas y maneras posibles. ¿Alguien sabe la repercusión que ha tenido eso a nivel mediático?

Pues eso, una o ninguna, como el del chiste. Y eso me lleva a tener claro, pero claro cristalino, que aquí nunca es el qué, porque los hechos, aunque aquí mintieron con lo de mono, no importa, ya que lo trascender es el quién. Estamos en una sociedad que da bastante asco, en muchos sentidos, y que empieza a justificar que cada vez seamos más extremos en nuestros puntos de vista, porque no tenemos ya otro argumento para podernos defender.