Cuando Miguel Ángel Corona habla del Valencia

Miguel Ángel Corona no debe hablar del Valencia de forma pública. Lo digo sin prohibir nada, porque no soy nadie para tal cosa y no consentiría que alguien me lo dijera a mí. Lo digo de forma constructiva, porque esas comparecencias públicas son las que estañan socavando de forma acelerada su nombre en el entorno del club.

Cada vez que tiene una intervención dice algo, o se interpreta de cierta forma, que le termina costando que se le quiere colgar del palo mayor. Y aunque entiendo que a estas alturas estará curado de espanto, mal sería si no lo estuviera, está claro que ni él puede ver cómo le matan siempre, ni tampoco el Valencia puede estar exponiendo su nombre para que le sacudan de manera impune.

Ser Corona es este Valencia es muy difícil, Corona o Monchi, tengamos eso claro, pero lo que tampoco puede pasar es que uno mismo se complique las cosas más todavía, porque eso ya depende de él. No suelo ver las previas de los partidos, porque no me han gustado no cuando las hacía yo, y menos sabiendo que puede haber algo que perturbe lo que van a ser 90 minutos, y pico, de elegante y denodado sufrimiento hasta morir como un perro, por lo que me niego.

Y a Corona le daría el consejo, si lo acepta, de no hablar, de no decir nada, porque sea lo que sea, lo van a matar de todos modos, y encima, si comete algún error o algo no lo explica como toca, todo será peor aún.