Mestalla, el pulmón y el corazón del Valencia

Mestalla metió 44.922 espectadores para ver jugar a su Valencia, un domingo a las 16h15, con viento, algo de frío, y a una hora en la que se hace sobremesa con familia o amigos, o se pega una becaeta como Dios manda. "Identificación total. 44.922 espectadores y un equipo de canteranos sosteniendo el club. El desmantelamiento del Valencia a cargo de Lim hace visibles las raíces profundas de la entidad", le leía al bueno de Vicente Chilet, y en cierta medida, lleva mucha razón.

El valencianismo podía haber dado la espalda a todo, cansado de mil historias, guerras intestinas y situaciones que no se pueden comprender ni se pueden controlar. Pero el curso pasado optó por tirar de su equipo, más allá de quién mandara, y ponerse a las órdenes de Baraja, que al final es uno de los nuestros, para poder salvarse del descenso, como al final se consiguió. Y tras eso se podía haber quedado en casa, que era encima lo que muchos pedían.

Pero somos rebeldes, porque si no lo fuéramos ya habrían acabado con nosotros hace mucho tiempo, en todos los sentidos. Y hemos decidido, como algunos pedimos hasta la saciedad, que primero va el Valencia, luego va el Valencia, y después, todo lo demás. Es una pasada ir a Mestalla, escuchar a Mestalla, sentir Mestalla, y lo es por su gente, la que siempre está, la que nunca falla, la que ha decidido qué es lo realmente importante de todo esto.