Los canteranos del Valencia y una doble lectura real

El Valencia debe ser un club que apueste por los jugadores de la casa y más en tiempos difíciles, así ocurrió en la etapa del descenso y en los últimos años han sido muchos los futbolistas que debutaron con el primer equipo llegando desde abajo. Pero esta postura práctica no debe ser tapada por el romanticismo y en el término medio debería estar la virtud. De hecho esta política guarda algunas contradicciones ya que precisamente los mejores valores fueron vendidos y no se aprovecharon como demandaba el momento.

Casos como los de Ferran Torres, Carlos Soler o Kang in Lee fueron dolorosos y demuestran que la gestión ha respondido a temas económicos más que a aspectos deportivos. Se puede alegar que las pretensiones eran muy altas pero en el trasfondo también está relacionado con la poca perspectiva competitiva que ofrecía el proyecto. También existe otra cuestión que es una realidad, el aficionado de Mestalla celebra la llegada al primer equipo de futbolistas como Javi Guerra o Diego López, pero en los últimos años fueron muchos los debutantes que no estaban preparados y a los que se recurrió por carencias y ausencia de efectivos.

Por eso incidimos en el término medio y en la búsqueda del equilibrio y la buena gestión. Un Valencia de canteranos es inviable en primera división si no se sustenta de una base de buenos jugadores con experiencia en la élite, apostar en el momento adecuado y no utilizar a los mejores como moneda en el mercado a corto plazo es el camino.