Un Valencia al que sí le tiemblan las piernas en el final de liga

En muchas ocasiones se dice que a los equipos grandes les tiemblan las piernas cuando se ven metidos en la zona baja. Tan cierto es eso como que en la mayoría de ocasiones el escenario no pasa de ser un susto pasajero y las grandes instituciones terminan marcando diferencias, el Sevilla de esta temporada es un ejemplo. Por muy mala situación deportiva y social que pase el Valencia, no se puede negar que es una auténtica sorpresa que el conjunto de Mestalla no haya finiquitado la permanencia a estas alturas.

Habrá quien diga que no hay equipo para más, evidentemente la plantilla es muy limitada, pero por sueldos y bagaje este Valencia tiene más potencial que el demostrado. La planificación fue nefasta pero en el desastre entra también la labor de los entrenadores y por supuesto la aportación de unos futbolistas que a medida que avanza la competición se ven más atenazados.

Han tenido que llegar varios jugadores jóvenes para aportar el aire fresco que no encuentran los más habituales. El rendimiento de algunos está marcado por la ansiedad y en otros se echa de menos mucha más implicación y compromiso. Un cúmulo de factores que de momento están conduciendo al Valencia al borde del abismo. Poco fútbol y poco oficio en una plantilla que está firmando una campaña para olvidar.