La final de cada generación de valencianistas

No tiene que ver con ganar o perder, sino con vivir ciertas experiencias por primera vez, que es algo que no tiene precio por muchas cosas

Toni Hernández | 23 ABR. 2022 | 00:02
Final Copa del Rey

Cada generación de valencianistas tiene su final, eso es algo obvio, y que todos sabemos. No tiene que ver sólo con ganar, que siempre es mejor, claro, sino con la primera experiencia vivida, con esa sensación de entrar a un campo que no es el tuyo y ver que literalmente está partido por la mitad, con los de tu equipo y con los del otro. Eso es algo que siempre impresiona, y cuanto mas joven eres, más. Y si encima no lo has visto nunca en directo, mucho más. Mi final es la de 1995, porque con 21 años no había estado jamás en ninguna, y encima aquella fue el mayor éxodo de valencianistas de la historia, con más de 50.000 en Madrid para ver aquel maldito partido contra el Deportivo de La Coruña.

He cantado muchos goles del Valencia en mi vida, algunos de ellos historia pura del club, pero creo que ninguno con el del número 8 que hizo el empate a uno cuando ya estaba diluviando sobre la capital. Era un momento que había soñado de pequeño, que nunca había vivido, que sólo sabía que habrá pasado por las historia que me contaba mi padre, y en ese momento pasaba delante de mis ojos, era real, y empapado como si saliera de la playa, me abracé a todo bicho viviente que andaba cerca de mi. Esta final será la primera para muchos valencianistas, bien porque eran muy pequeños aún en 2019, bien porque no pudieron ir, bien porque 2008 les coge muy lejos (como a los de mi generación 1980).

A todos ellos no les importa quién manda, quién entrena o quién juega, sino que el Valencia, su equipo, juega una final en Sevilla, y que van a poderla ver en directo y no por la tele. Es la motivación que debemos tener los que ya somos más veteranos, el ver disfrutar a los más jóvenes. No sé cuántas veces podrá volver a ver una final de lo que sea al lado de mi hija, o si ella, cuando sea que regresemos a este tipo de partidos, querrá ir conmigo o se irá con sus amigos. Por eso estos partidos, la primera vez, son tan especiales, tan distintos, tan… tan de vivirlos al máximo. Día de emociones a flor de piel, de no reprimir nada, y de ir con todo al máximo.