¿De qué color debe vestir la afición del Valencia en Sevilla?

No me convence el blanco, opinión personal, y entiendo que el naranja sigue siendo algo que nos hace distintos, y que nos gusta... en general

Toni Hernández | 19 ABR. 2022 | 00:05
Valencia CF

Debate interesante: ¿cuál debe ser el color del Valencia en la final de La Cartuja? Y no me refiero al del equipo, que eso viene marcado por otras cosas, y ya sabemos que será blanco por completo (algo que no me gusta en absoluto, pero sólo es una opinión personal). He escuchado y leído varias teoría al respecto, y parto de un base no negociable: todas me parecen bien, todo el mundo tiene razón, y este es un asunto en el que no hay nadie equivocado. Son gustos personales, que van más allá de si el campo sería verde y blanco, los colores del Betis, porque eso es un resumen demasiado simple de todo lo que estamos intentando decir. Seguramente estaré equivocado, pero en este mismo estadio, hace casi 23 años, nació el sentimiento naranja.

Fue algo espontáneo, que surgió de mil historias que un día de estos contaremos con calma, pero aquel fue el color que predominó en el fondo valencianista en 1999. Quizá porque jugamos uno de los mejores partidos de nuestra historia en el mejor momento, quizá porque volvimos a tocar metal casi dos décadas más tarde, quizá porque todo lo que pasó aquel fin de semana fue perfecto, pero mi cabeza ha idealizado ese color para las finales. Era la segunda de mi vida, y luego pude estar en París, Milán, Goteborg, Mónaco, Madrid y de nuevo Sevilla (aunque esta, que iba a ser mi primer como aficionado, me la tuve que perder, con mi entrada lista, por causas médicas familiares). Y en todas y cada una de ellas he buscado el naranja, me he identificado con ese color, lo he sentido como el mío, más allá del que usara el equipo (que sólo fue así en 2000, y nos fue como nos fue).

Lo que se meta en la maleta para este viaje es importante, mucho, porque los que no podemos hacer nada en el césped nos preguntamos cómo podemos ayudar fuera de él, y nos montamos nuestras pirulas marcianas, como si de verdad pudieran sumar en algo. No sé qué color será el que mande en el valencianismo el día de la final, pero si todas las opiniones son válidas, la mía es que sea el naranja. O el blanco. O la senyera. O la que queramos cada uno. Pero gritemos bien fuerte, que debemos dejarnos todos el alma en ese partido.