Maxi Gómez y Marcos André: ¿empezamos a marcar goles?

El Valencia tiene dos delanteros centros, que han costado entre los dos casi 40 millones de euros, y que llevan entre ambos dos goles en las 12 primeras jornadas de Liga. Los números, en frio, son perros, muy perros, pero en definitiva, son así. Que debemos analizar luego mil cuestiones en cada uno es tan cierto como que un 9 está para marcar goles por encima de todo, y lo demás también, que sí, pero antes, perforar las redes contrarias. El debate estaña servido sobre quién será el titular cuando ambos estén a tope, porque Maxi anda con esos problemas físicos que ya lo dejaron fuera los días del Betis y del Villarreal, y que de paso, pueden servir para limpiarle un poco la mente, que es algo a lo que se muy poco valor (aquí somos más del “que entrene todos los días 5 horas”) que de aplicar este otro tipo de soluciones, que por cierto, suelen ser bastante más efectivas.

Pero en cualquier caso, lo que parece evidente es que Marcos André le ha comido terreno, y eso que no marca goles, pero lo que aporta en el campo, y el sacrificio que por ejemplo se le vio contra los amarillos, está haciendo que al menos empiece a ser más favorito para el entorno que el ex del Celta de Vigo. Pero más allá de todo esto, y viendo que el equipo puede haber empezado a ver claro que si toque diferencial está en atacar por fuera, lo que puede mejorar de forma ostensible con el crecimiento de Hélder Costa, con Soler recuperado de verdad, y cuando Thierry Rendall deje de una por todas sus problemas físicos al margen.

En ese contexto, si un 9 que se precie no empieza a marcar goles, o bien es porque no llegamos nunca al área contraria, que si se da todo esto no puede ser lo que ocurra, o es que el nivel es cuestionable, no hay mucho más a este respecto. Tienen que empezar a marcar goles, porque además de todo, eso va a reforzar la idea de juego, les va a hacer crecer a ellos dentro del grupo y en el entorno, y por supuesto, hará que este equipo sea mejor, mucho mejor, que al final es de lo que se trata por encimad de que termine jugando uno u otro, que realmente nos tendría que dar igual a todos.