La valoración de los primeros 5 meses de Javi Gracia

En unos días se cumplirán cinco meses de la llegada al Valencia CF de Javi Gracia y es buen momento para hacer un análisis

Jose Hernández | 20 DIC. 2020 | 08:05
Javi Gracia

Al margen del resultado y la imagen que ofreció el Valencia ayer en el Camp Nou, debemos hacer un análisis más profundo y alargado en el tiempo para valorar cómo ha sido la primera etapa de Javi Gracia al frente del Valencia CF. En unos días se cumplirán cinco meses desde que fue presentado, tiempo suficiente para poder establecer pinceladas sobre su trabajo.

La ilusión fue de más a menos

A nadie le escapa que su llegada generó algo de ilusión. No fue una euforia desbordante pero Gracia fue acogido con cariño por la afición y se pensaba que el club había elegido un perfil adecuado. Es posible que Bordalás contara con más adeptos pero en sus primeros días Gracia convenció. La confianza se ha ido evaporando poco a poco y a día de hoy existe gran división de opiniones.

Un entrenador marcado por circunstancias extradeportivas

El paso de Gracia hasta el momento está marcado por el mercado de fichajes del pasado verano. El técnico reconoce que fue engañado por el club y en sus comparecencias públicas se ha mostrado apático y a veces incluso triste. En este punto tiene razón ya que está trabajando con una plantilla muy justa.

Equivocaciones

Gracia tenía razón en el fondo pero se equivocó en las formas. Sus mensajes a la propiedad no fueron los correctos ya que la plantilla entendió que el técnico no confiaba en ellos, pero el gran error fue poner su cargo a disposición del club sabiendo que existía una cláusula prohibitiva que lo impedía. A partir de ese día nada fue igual.

Sus decisiones no convencen

Por último hay que analizar lo futbolístico. Malos resultados que mantienen al Valencia en una situación difícil y pocas variantes que convierten a su equipo en un conjunto muy previsible. Gracia tiene una plantilla corta pero evidentemente cuenta con recursos para dar más guerra, sobre todo ante rivales más débiles. Ojalá lo de ayer no haya sido un espejismo.