Medias realidades y pirotecnia en el discurso del Valencia

Meriton vuelve a disparar a varios objetivos ajenos para justificar y ensalzar las decisiones tomadas desde su llegada al club. No existe ni un ápice de autocrítica

Jose Hernández | 16 AGO. 2020 | 07:57
Anil Murthy

De la inesperada carta publicada por el presidente Anil Murthy el pasado viernes se pueden sacar varias conclusiones, la primera de todas es la incapacidad para dar la cara y comparecer a ofrecer explicaciones sometiéndose a preguntas directas. El club prefiere hacerlo de manera fría, con una carta cuyo tono es distante y con tintes arrogantes. Leyendo el texto uno puede llegar a entender que lo razonable sería que la afición estuviera agradecida a la gestión de Meriton y que fueron ellos los que trajeron la cordura y un proyecto sostenible a la entidad. Es cierto que en la parcela económica se cuenta alguna verdad y que la situación anterior era difícil, aunque entre la parrafada de excusas y autoelogios no se percibe el menor signo de autocrítica.

Se habla del bajón deportivo que ha tenido el equipo esta temporada y se justifican las ventas con ello. Pero en ningún momento se reconoce que fue Peter Lim (y sus satélites) quien destrozó un proyecto que prometía, un equipo que ellos mismos habían ayudado a construir pero que decapitaron a golpe de caprichos y rencillas personales. Se deja entrever que el trabajo de Mateu Alemany no fue el correcto y conducía a la institución a la insostenibilidad. Por supuesto, se acusa directamente a Ferran Torres por no haber renovado (es cierto que el jugador tomó la decisión) pero no se asume que es muy grave no haber sido capaz de seducir a un futbolista de 20 años formado en el club desde niño; la oferta económica no convenció pero tampoco lo hizo el proyecto deportivo y el rumbo que ha vuelto a tomar el Valencia en los últimos meses.

Nuevamente se lee entre líneas un discurso de club temeroso, un aviso a navegantes de que nadie espere que se pueda luchar por ser un equipo poderoso; se irá a la guerra con balas de fogueo. Meriton olvida (o directamente desconoce) que el Valencia es históricamente uno de los clubes más fuertes de La Liga. Por último, y como decíamos al principio, el tono de autoridad paternalista con el que el presidente se dirige a los aficionados está muy lejos de poder empatizar con alguien. Una visión que parece decir: "dadnos las gracias porque vosotros no sabéis dirigir un club de fútbol". Las explicaciones sobre el nuevo estadio también son castillos en el aire en los que no queda claro que es lo que va a ocurrir; solo faltó que también se cargara contra el ayuntamiento por exigir que se cumpla la ley. Una vez más, todos son culpables en "Los mundos de Meriton" menos Peter Lim y Anil Murthy, si se lee con atención no sorprende que la propiedad autocalifique con nota alta su gestión.