La autoexigencia como novedad en el Valencia

¿Cuál era el objetivo real del Valencia a principio de temporada? Pocos aficionados valencianistas discreparán en que todo lo que no fuera clasificarse a la Champions League sería decepcionante. Carlos Soler ha hablado de ello esta semana y se ha llevado con razón los halagos del entorno valencianista: "Lo que nosotros queremos es llegar a posición Champions, ése es el objetivo. Nuestro club por historia siempre ha estado arriba, las dos ultimas temporadas nos hemos clasificado para Champions, entonces creo que desde principio de año se sabe que ese es el objetivo. Estamos cerca y quedan bastantes jornadas todavía”, explicó Soler. Pero habría que analizar la razón de que sus sensatas palabras hayan creado tanto revuelo, convirtiéndose incluso en sorpresa. Obviamente Carlos Soler se ha expresado de forma brillante, algo que no siempre han hecho otros miembros del club.

Ni la mayoría de jugadores reconoce abiertamente los objetivos, ni lo hace el entrenador y tampoco hablan de ello los dirigentes del club. La cosa viene de lejos ya que Marcelino García Toral era especialista en descargar responsabilidad, llegando a hablar de milagro tras su primera clasificación a la Champions. El discurso victimista se ha instalado en los últimos años y aunque todos saben qué objetivos debe marcarse el club, son muy pocos los que hablan de ello sin paños calientes. Es una medida de defensa, pero nadie está pidiendo al Valencia que gane títulos todos los años o sea una alternativa real a Barça o Real Madrid; eso estaría fuera de lugar a día de hoy. La exigencia es necesaria para crear un club potente, y los mensajes deben quedar claros tanto dentro como fuera del campo. Asumir responsabilidad y reconocer los verdaderos objetivos es el camino.