Crisis del COVID-19 y el Valencia 20/21 V: el club de Peter Lim

El máximo accionista tiene ante sí un reto si cabe mayor que el día que decidió comprar la sociedad, porque está en juego el futuro

Toni Hernández | 01 MAY. 2020 | 08:30
Peter Lim

El Valencia de Peter Lim durante la crisis del COVID-19. Y también justo después, en el momento de esa llamada "nueva normalidad", que genera, al menos a quien suscribe, un mal rollo terrible por lo siniestro del nombre. El reto que tiene ante sí el máximo accionista de la entidad, que tengo muy claro que durante este proceso se va a convertir en el dueño, porque todos le vamos a exigir a él que ponga las soluciones, es mayor aún si cabe que el del momento en que se hizo con el club. Aquello fue "fácil" comparado con poner orden en una entidad que siempre está en el alambre económico, y que ahora va a sufrir una merma más que considerable por la bajada drástica de algunos ingresos como los abonos, las entradas o el merchandising. Y tener que cumplir con los compromisos adquiridos, claro está.

En los próximos meses no veo a nadie siendo el adalid del valencianismo, diciendo a Lim que le dé la gestión del club o que lo regale, como algunos han pregonado generando poco menos que vergüenza ajena. Lim tiene que definir una estrategia respecto a cómo equilibrar las cuentas, ante la necesidad de ingresar sin poder vender en un mercado "normal", reforzar al equipo para que sea competitivo y pelee por una de las cuatro plazas de Champions League de nuevo el año que viene, por acabar el Nuevo Mestalla... y todo ello, insisto, sin poder tener todos los recursos económicos habituales, ni tampoco el contexto que todo el mundo pensaba que íbamos a tener. La cola para hacerse con el Valencia va a dar 3 veces la vuelta a Mestalla... seguro.