¿Estáis seguros que el Valencia no hace Champions vía Liga? Un señor equipo

El equipo jugó un partido inteligente y duro ante el Levante, perdió a Piccini por lesión pero ganó muchas más cosas que los tres puntos

Toni Hernández | 14 ABR. 2019 | 22:37
El Valencia celebrando un gol

El Valencia quiere la Champions League por la vía de la Liga, y para eso debe ser un martillo pilón cada periodo que queda hasta el final. Contra el Levante había mucho en juego y dudas, y temores, y de algunos hasta miedo. El gol de Santi Mina a los dos minutos, a pase de Guedes, ponía el partido donde le gusta a Marcelino y al equipo. Vinieron buenos minutos de los locales, con alguna que otra o ocasión clara, pero el duelo se templó. Ambos equipos se tomaron un respiro, porque el ritmo hasta ese momento había sido una locura. La lesión de Piccini cambiaba todo el panorama, porque hacía que Wass pasara al lateral y entraba Coquelin al terreno de juego. Incluso Dani Parejo daba un susto después de que le hicieran una falta y se tuviera que echar al suelo visiblemente tocado. El Valencia pudo hacer el segundo en una buena jugada por la izquierda que terminaba en una dejada de Santi Mina, pero la sacó la defensa granota. Pero con el 1-0 terminaba el primer tiempo.

La segunda mitad empezaba con los de Marcelino atrás, dando metros al Levante para buscar la contra, y los de Paco López fueron a por el empate. Con contras precisas, pocos toques y llegadas claras, el Valencia tenía ocasiones para hacer el segundo. Pero en el minuto 55, después de un córner raro, Soler acababa marcando en propia puerta y todo cambiaba y mucho. Pero este equipo tiene ángel, y si el canterano cometía el error en el empate, un minuto después le daba un pase de fantasía a Guedes que resolvía de forma perfecta para hacer el 2-1. Faltaba más de media hora para el final. El Valencia ahí se vio bien, olió sangre y fue a por más. En el 62 llegaba el 3-1, obra de Santi Mina pero bien podía ser de… Carlos Soler. Se podía reservar un poco a Parejo, que se iba en el 71, y la sensación era que el Levante estaba roto y si los locales apretaban podía ser una escabechina. La entrada de Kang In Lee por un pletórico Guedes levantaba Mestalla y prometía 10 minutos finales divertidos. El coreano nada más salir intentaba un gol por la escuadra. Pero ambos sabían que el partido estaba terminado, y que queda mucho por delante aún. 3-1, victoria y la pelea por la cuarta plaza viva, muy viva.