La figura de Carlos Soler en el Valencia

El canterano es una de las joyas de la corona de este club, y por supuesto hay que exigirle cada día más, pero también cuidarle

Toni Hernández | 16 FEB. 2019 | 00:01
Carlos Soler

La figura de Carlos Soler en el Valencia tiene que ser sinónimo de varias cosas: exigencia, porque estamos hablando de un jugador importante, que lo tiene todo para marcar época en el club de su vida y alcanzar cuotas extraordinarias, y respeto, porque no podemos pedirle que siempre, en cada partido de cada competición, sea el mejor con diferencia, dé dos asistencias de gol y logre marcar algún tanto. Con la gente de casa siempre hay que tener un punto de trato diferente que no distinto o preferente, como tampoco se les puede masacrar por aquello de que son de aquí y que es casi imposible que se giren contra nadie, porque eso sería rebelarse contra su propia gente, y eso no lo harán.

Que no está bien es evidente, que está haciendo una gran temporada aun jugando fuera de su posición, también. Que se le deja siempre fuera en michos partidos importantes, lo mismo, que jamás se queja ni cambia su sonrisa, exactamente igual. No se trata de perdonarlo todo por ser de aquí o formado en casa, sino de exigir igual que a los demás pensando que es un chaval de 22 años recién cumplidos y no llega a 80 partidos de Liga con el Valencia, y aún así, tira del carro como un veterano. Pensemos en cómo nos ponemos cuando suena su nombre para una venta, y también las burradas que se han dicho de él en las últimas semanas. Término medio, siempre. Exigencia y respeto.