El Levante UD es el tercer mejor equipo a domicilio en la Liga BBVA

El conjunto granota solo es superado por FC Barcelona y Atlético de Madrid

Redactor Jefe | 24 OCT. 2013 | 17:20

El Levante orillado sobre el vértice más elevado de la clasificación junto al Barcelona, Atlético de Madrid o Real Madrid. ¿Resulta posible contemplar esta imagen, que es cierto que puede parecer antitética, y encontrar la estela de la escuadra azulgrana junto a los grandes transatlánticos de la Liga BBVA? No es un pensamiento.

La respuesta debería ser afirmativa si se escruta la rentabilidad alcanzada por los equipos vinculados a la máxima categoría en condición de foráneos en el arranque de la competición liguera. La comparativa determinada adquiere forma y sentido desde ese prisma del análisis. El gol de Pape Diop, que iluminó el cielo oscurecido de Vigo, elevó hasta los diez puntos el registro personalizado que presenta el grupo de Joaquín Caparrós cuando se ubica lejos del Estadio Ciutat de València para afrontar los partidos estipulados en el calendario. El registro es excelente. Únicamente el Barcelona y el Atlético de Madrid mejoran esos dígitos logrados con la obtención de trece y doce puntos, respectivamente. El colectivo levantinista comparte cifra con el Real Madrid de Ancelotti.

La comparativa, principalmente por el ascendente de los equipos incluidos, es incuestionable y determina con claridad la naturaleza del bloque azulgrana en el primer ciclo del campeonato de la regularidad. Diop prolongó en tierras gallegas una racha que únicamente cuenta con el borrón que significó el estreno en la Liga en el Camp Nou. Desde aquella jornada de mediados del pasado mes de agosto, el Levante se ha confirmado como uno de los adversarios más temidos del marco de la Liga BBVA. No es una simple afirmación. La concatenación de resultados obtenidos avala esta tendencia. La victoria en Vigo conjuga con los triunfos en Vallecas y en el Estadio de El Sadar. El capítulo foráneo se implementa con la igualada alcanzada en Almería después de enjugar un resultado adverso tras las dos dianas que parecían allanar claramente la victoria local. El balance es fácil de determinar.

El grupo que conduce Joaquín Caparrós está brillando como visitante. El bloque desprende luminosidad y hechiza a sus oponentes. Las tres victorias y la igualada ratifican esa inercia alcanzada. Lo cierto es que la mirada del Levante es ciertamente hiriente. El relato establecido lo confirma; es un adversario temido y de alma inquietante porque parece manejar las claves y los tiempos, sobre el verde, para atormentar a su contrario. De fondo subyace una nueva premisa que entronca con el carácter que caracteriza al Levante actual en el cosmos de la máxima división; hay una evidente variación del formato exhibido en anteriores temporadas en el universo de la elite. Si en el pasado más cercano los muros del Ciutat fueron impermeables a las acometidas visitantes, engordando la puntuación y contribuyendo a la ubicación del bloque en la zona más alta de la tabla, en la actualidad, pese a que únicamente el Madrid conquistó Orriols, la base de los puntos cotizados responde a los movimientos como forastero. Quizás en ese punto radique el desafío más inmediato que debe afrontar el equipo con la visita del Espanyol pautada para el sábado dese las 10:00 horas en el Ciutat.