“¡Wellington, vete ya!”

El brasileño toca fondo

Rafa Carretero | 08 DIC. 2011 | 12:52

El Levante mantendrá una reunión de urgencia con el Arsenal en las próximas horas para desatascar el asunto de Wellington Silva, al que en Orriols ya no quieren ver ni en pintura. El brasileño ha colmado el vaso de la paciencia de club y técnicos y hasta los aficionados que han asistido a los dos últimos entrenamientos en Buñol han dictado sentencia: ¡Wellington, vete ya!, se ha llegado a escuchar. Su situación se ha vuelto del todo insostenible. Por ese motivo, Manolo Salvador y Juan Ignacio Martínez tienen previsto pedirle a Richard Läw, jefe de ojeadores gunner, que se lo lleve del Ciutat, aun con el riesgo de enturbiar unas relaciones institucionales que, todo sea dicho, no parecen tan idílicas como lo eran al principio.

Por si no fuera suficiente con llover sobre mojado, el pasado martes Wellington llegó tarde a un entrenamiento. Se presentó en taxi, incumplió las órdenes de Juan Ignacio y del preparador físico y desoyó los consejos de sus compañeros. Ayer, para rematar la faena, JIM detuvo el partidillo para pedirle más intensidad. El colmo fue que fingiera una lesión para retirarse a la ducha, algo que no le permitió hacer el técnico. Muestra del mal rollo existente, por la noche no acudió al desfile de modelos del club en el que estuvo representada prácticamente la totalidad de la plantilla. Él, a la suya.

Läw sabe desde verano que Wellington no iba a tener minutos después de que el intento de darle responsabilidad en el equipo fracasara. Se lo dijeron Salvador y Juan Ignacio, pero aun así los granotas tuvieron la deferencia de quedárselo por no hacer el feo de devolverlo a las bravas. Especialmente positiva ha sido la actitud de JIM, que en Cartagena sí logró reconducir a Pedro Botelho. Pero con Welli ha sido imposible y eso que lo ha intentado tratándolo prácticamente como un hijo y preocupándose al máximo por él.

La realidad es que deportivamente ni está ni se le espera y para más inri su falta de profesionalidad para convivir en un equipo de élite es alarmante. Pese a no haber enturbiado la buena marcha del grupo, el joven brasileño ha rayado varias veces la frontera de la indisciplina con reiteradas afrentas vía Twitter o auténticas jaimitadas en su día a día que el club ha intentado unas veces tapar y otras pasar por el alto. En el trato personal no hay ninguna queja con él. Pero sobre el campo ha empezado a restar.

Wellington se ha convertido en un problema de sólo 60.000 euros para el Levante, pero en uno de 4 millones para el Arsenal. Wenger ha pedido explicaciones ante el hecho de que sólo haya jugado media hora en casi dos temporadas. Salvo que la situación dé un giro de 180 grados todo apunta a fracaso total con un futbolista que apuntaba buenas maneras y al que ahora el club inglés tendrá que ceder bien a un equipo de menor categoría o reacoplar entre sus reservas. Porque en Orriols el chicle no da más de sí.