Explosión en el Ciutat de madrugada

La ocasión lo merecía, si ninguna duda. Líder en solitario por primera vez en su historia, el Levante fue recibido de madrugada en el Ciutat de Valencia por varios centenares de aficionados que aguardaban ansiosos su llegada. Fue la explosión definitiva de un día histórico culminado, otra vez más, con fotos para el recuerdo.

Juanlu, autor de un doblete, y Juan Ignacio, el entrenador milagro, fueron manteados en el aparcamiento ante el júbilo de la hinchada y del propio equipo, que se sumó a la fiesta y que ya antes de desplazarse a Vila-real había compartido unos minutos con el levantinismo en la Feria Granota. Sin duda, imágenes grabadas en la memoria para siempre, igual que las ocurridas esta misma mañana en Buñol, donde no se ha escapado ni el doctor, Rafa Plaza, al que los jugadores han levantado en volandas al principio del entrenamiento. Con 20 puntos, media salvación conseguida, ya no hay quien detenga la euforia. Hay licencia para soñar.

El Madrigal sufrió una invasión granota. La jaula se tiñó de azulgrana con los diversos autobuses de levantinistas que partieron desde Valencia. La fiesta fue total. Los granotas sacaron todo su repertorio: Follow the leader, Es un escándalo… Los jugadores les dedicaron la victoria desde el césped. Subido a la espalda de Ballesteros, Juanlu apuntó hacia arriba con el índice levantado: “Primeros”.

En nada quedaron los rifirrafes con miembros de seguridad del estadio amarillo. Los guardias impidieron tanto que los levantinistas le dieran la bienvenida al equipo como que lo despidieran, algo que resultó más difícil por la tromba de agua que caía. Dentro del recinto, en un exceso de celo, varios ‘seguratas’ requisaron cámaras réflex que entendieron por “profesionales”. Una mala reacción en un momento en el que para el levantinismo sólo importaba la fiesta del liderato.