Valencia CF: baño de realismo en un momento clave

La derrota en La Cerámica escoció a pesar de que Baraja afirmara que el equipo compitió bien, el Villarreal fue más pragmático y demostró mayor oficio ante los jóvenes valencianistas. Los resultados lejos de Mestalla están siendo malos pero no se debería hablar de crisis, es más justo hacerlo de baño de realidad justo en un momento en el que el Valencia se había enganchado a la lucha por Europa. No hay nada perdido pero no se puede jugar todo a una carta confiando exclusivamente en la fuerza de Mestalla. No siempre se va a ganar en casa y sin puntuar a domicilio el sueño de Europa se esfumará pronto.

Hay mucho que aprender y detalles que preguntarse. El Valencia ni defiende ni ataca bien el balón parado, lejos de casa ha entrado en una espiral de falta de efectividad y el descontrol de los partidos siempre termina pasando factura. Baraja pide control y cuando los suyos no lo tienen las batallas suelen favorecer al contrario. Se sigue hablando de las ventas del verano y eso no invita al optimismo, sobre todo si el protagonista es Mamardashvili, el portero mantuvo al Valencia con vida hasta el final.

Y a todo ello hay que unir las bajas, en este caso las de dos habituales como Canós y Gayà. Difícil competir con una plantilla que está cogida con pinzas pero solo queda confiar y seguir asumiendo una realidad que no es sencilla. Parón amargo para el Valencia CF.