Valencia CF: otra vez en la diana

El Valencia CF y sus aficionados están sufriendo una persecución sin precedentes. Los insultos a Vinícius no admiten discusión alguna, son censurables y el club actuó de manera rápida y procedente. A partir de ahí todo han sido despropósitos, acusaciones de los protagonistas, así como manipulaciones por parte de la prensa y unos políticos que han querido aprovechar las aguas revueltas en plena semana electoral. La Federación puso la guinda en la noche de ayer cerrando parte de la grada de Mestalla y quitando la tarjeta roja a Vinícius.

Modificar el reglamento sobre la marcha es peligroso, tan peligroso como el clima de crispación que un futbolista ha creado en la mayoría de campos españoles desde hace meses. El tiempo pondrá a todos en su lugar, pero si lo que se pretende es colocar al brasileño como un icono contra la violencia estamos desviando el tiro. Vinícius es un gran jugador de fútbol pero reúne muy pocas de las virtudes que debe tener un deportista; no es un buen ejemplo.

El racismo sobra tanto en los estadios como en la sociedad, este tema ha dejado de ser una discusión necesaria para convertirse en un arma política y mediática con Vinícius, el Real Madrid y Florentino Pérez por medio. La gran víctima es el valencianismo, la imagen ha quedado tocada a nivel mundial de manera injusta y es hora de que el club defienda sus intereses y los de sus aficionados. Una vez más, el Valencia CF en la diana.