Insultar a aficionados del Valencia por el sitio donde tienen el abono

Insultar a valencianistas por el mero hecho de tener su abono en tribuna, como se dice ahora, no lo vi venir. Estamos asistiendo a las mayores barbaridades que yo recuerdo en el entorno del club, pero que ahora se señale de forma salvaje a los que están en esa zona del campo me parece muchas cosas, que voy a intentar no decir de forma explícita, porque no hay una sola palabra que no sea ofensiva.

Hemos perdido el norte, y digo hemos porque al final la afición somos todos, y eso no se puede hacer ni consentir. No sé si se pretende que los socios que están al lado del palco lo asalten armados con palos y antorchas, y que por el hecho de no hacerlo tengan que ser tildados de traidores o vendidos, como si ese abono, que quizá tiene varias generaciones, no les cueste un riñón cada temporada.

Es una pérdida de papeles que no entiendo, que no me cabe en la cabeza, a la que no encuentro explicación. Y que sólo va a conseguir dividir más aún al valencianismo, porque aunque todos tenemos claro cuál es el enemigo común (que hasta en eso hay quien pretende discutir, pero debería hacerlo delante del espejo), y cada uno interpreta las soluciones y las reacciones como mejor entiende.

Estamos intentando imponer una especie de pensamiento único, propio de regímenes dictatoriales de otros tiempos, eso que precisamente se le censura con razón a Peter Lim, y que nosotros empezamos a ejercer con una alegría que da muchísimo miedo. Al menos a quien suscribe. No tiene razón de ser, y un día provocará que esa gente reacciones, porque todos somos personas, y veamos escenas que jamás se deberían dar en la casa del valencianismo. Y mucho menos ahora.