Cuando te das cuenta que el Valencia marca tu vida

El Valencia marca mi vida, no puedo evitarlo. Y es así desde que tengo uso de razón. Y por más veces que he intentado cambiarlo, no he podido, no he tenido fuerzas. Siempre me he dejado llevar por algo tan natural como vivir con mi equipo todo como si fuera la última vez. No siempre es fácil, porque debes contenerte, o intentarlo, en algunas ocasiones, que uno ya es padre, pero es que resulta imposible, o al menos muy complicado.

He cambiado todo lo que hago en una semana normal, todo, de arriba a abajo. Corro todos los días, y he variado mis rutas, como pensando que eso puede ayudar a mi equipo a ganar el partido. Incluso voy a sentarme en otro asiento para ver si eso también ayuda. Y le mandaré al entrenador el mensaje de antes de cada choque a la misma hora que el día de la Real o el Osasuna, porque cuando no puedes hacer nada, te agarras a lo que sea por intentar poner tu granito de arena.

No se queda con nadie hoy a mediodía, no se come, no hay vida social, no hay nada que no sea el Valencia, porque eso es lo que marca todo, porque es lo que quiero que la siga marcando, y porque sin esa mala vida no sabría muy bien ni qué hacer. Estoy listo para sufrir, e incluso para lo que pueda venir, pase lo que pase, y como yo muchos miles. Lo que quiere decir que este club, este sentimiento, el Valencia, le importa a todos los que le dan sentido en todo lo que hacen, piensen como piensen.