Si no dejamos de pensar que vamos a bajar, el Valencia bajará

Debemos desterrar el miedo y el drama del entorno del Valencia. Y claro que estamos con el agua al cuello, nadie está diciendo lo contrario ni pidiendo que vivimos en un país imaginario, pero eso de que e fútbol es un estado de ánimo, además de ser un tópico que tiene más años que andar, es una verdad como un templo, y no podemos ser ajenos a ello. La desolación más absoluta nos ha invadido desde la derrota en Almería, por el hecho de perder y por cómo se perdió, que las dos cosas nos están pensando mucho a nivel moral.

Quiero pensar que, conforme se acerque el partido contra el Sevilla en Mestalla, todo irá cambiando a mejor, a valencianismo en estado puro por encima de todo, porque nosotros somos así. Pero aunque eso forme parte de verdad de nuestro ADN, creo que toca generar otro clima, otro ambiente, otras sensaciones. Y sí, juegan ellos, los aficionados no, y nos estamos dejando el alma, en casa y fuera, pero lo que está en juego es nuestro club, nuestro presente y nuestro futuro, y debemos poner todo lo que esté en nuestra mano, que no es poco.

Y hablo del entorno y de la opinión pública, porque habrá tiempo de sobra para el apocalipsis si bajamos, y de momento nos quedan 10 partidos por delante, nada menos que 30 puntos, y hay que jugarlos a muerte, como si no hubiera un mañana. Y en eso debemos ir todos de la mano, todos, porque nadie quiere que el Valencia baje, nadie, y como he dicho antes, debemos aportar lo que podamos, y en esta caso es generar un contexto que nos haga venirnos a todos arriba. Es lo que necesitamos... y realmente lo único que podemos hacer.