Mestalla, el Valencia y su afición

La gran arma del Valencia de Baraja es Mestalla y su afición. Le podemos dar muchas vueltas, pero esto es así, aunque toca explicarlo con mucha calma y mucho detalle, porque el cemento, sin la vida que le damos los que nos sentamos sobre él, no es más que eso, cemento. Ese estadio vibra, respira, siente, se emociona, ríe y llora, pero lo hace al ritmo de la afición, que cuando dice "vamos", lo hace con todo, y se lleva por delante lo que encuentre.

No podemos bajar la intensidad en absoluto, ni nosotros ni el equipo. Lo vimos en los primeros minutos, cuando no salimos como tocaba y nos metieron un gol que no podemos conceder de ninguna de las maneras posibles. Mestalla apretó menos, tampoco hubo un gran recibimiento, porque creo que todos, de alguna manera, nos habíamos confiado, habíamos pensado que estaba todo hecho, que el campo haría su magia por sí solo. Y eso no es así.

Que nos hayamos dado un susto en el que al menos hemos sacado un punto es algo que casi podemos agradecer. Porque dudo mucho que fallemos, ni mínimamente, de aquí y hasta el final de la temporada, y eso nos va a asegurar muchos puntos como locales. Ahora toca pelear por quitarnos de una vez de encima ese cartel de visitante inexistente, y empezar a sumar lejos de casa, que será lo que nos permita dar el salto definitivo para salir de aquí.