Los arbitrajes de vergüenza contra el Valencia

El Valencia no está en descenso por los árbitros, pero lo que nos pasa no está condenando. Negar ambas cosas resulta del todo punto absurdo, porque son dos verdades que no tienen discusión. Es una especie de tomadura de pelo constante, contra la que encima no tienes nada claro qué hacer, porque se repite semana tras semana. Da igual ganar o perder, cada encuentro es lo mismo, y la impotencia va creciendo porque se acaba el tiempo y la necesidad es mayor cada jornada.

Hay voces que reclaman el “montar un pollo” histórico, con declaraciones que abran los informativos. No creo demasiado en estas cosas, pero si el Valencia debe hacerlo de manera salvaje y nada diplomática, porque las declaraciones de Corona tras el choque en el Nou Camp cabrearon tanto o más que el hecho de que nos levantaran un penalti de forma vergonzosa.

No sé qué podemos hacer, esa es la verdad, pero esto también hay que manejarlo, porque si nos dejamos arrastrar por la ley no escrita de la compensación, nos estamos metiendo en un jardín peor del que ya estamos, y no nos lo podemos permitir. No me gusta creer en manos negras o en conspiraciones, porque eso nunca es bueno, pero cuesta mucho estar convencido de que todo es normal y de que aquí no pasa nada.

En el club están preocupados, sólo faltaba, pero más que por el hecho en sí, por la manera de ponerle remedio, que no es nada fácil porque nadie sabemos cómo hacerlo. Hora de los medios, de presionar todos a una, de trazar una línea y no salirse de ella. Quién sabe si esta vez no vamos a jugar de verdad un papel importante, y además vertebrador.