Dudar de Hugo Duro en el Valencia...

En el Valencia no podemos dudar de Hugo Duro. No podemos y no debemos, porque hay cuestiones esenciales que se deben respetar, y el curso pasado el madrileño se ganó, al menos, el beneficio de la duda. Ni el año anterior era Van Basten ni este Iglesias (guiño al valencianismo ochentero, que los de mi edad detectarán rápido), y las críticas, como los elogios, deben ser en su justa medida.

Que no está bien lo sabemos todos, él el primero, pero de ahí a tirarlo a los leones, calma y sosiego. Las lesiones le han pasado factura, porque no ha estado bien y eso lo dijo hasta el mismo Gattuso, que reconoció que ha tenido que jugar muchas veces sin estar a tope. El sistema puede no ser el mejor para sus características, porque parece claro que con dos puntas, o con alguien por detrás de él y pisando mucho más el área, tiene gol, pero tampoco podemos olvidar que él siempre se adapta a todo. Vamos a ver si eso se da ahora con Baraja.

Es cierto que, en este sistema, sus caídas a banda no son tan efectivas como con Bordalás, pero va a tener su momento y sus minutos, con este sistema de juego o con otro, aunque él debe suspirar por ese 4-4-2 de forma permanente. Pagamos por él 4 millones de euros en medio del clamor popular. Ahora mismo, menos de 6 meses después, no podemos estar preparando el pelotón de fusilamiento al amanecer, porque las cosas no se pueden hacer así de ninguna de las maneras. Confianza ciega en este chico, porque se ha ganado que creamos en él a base de sangre, sudor y lágrimas, y goles, que hizo un buen puñado la campaña pasada, entre ellos uno en la mismísima final de la Copa del Rey.