José Luis Gayà, capitán del Valencia, te seguimos

El fútbol no debe nada a nadie, pero tiene que ser justo con el Valencia de Gayà. Que es el de todos, pero quiero hablar del capitán del equipo. Su 2022 fue una montaña rusa, de cosas excelentes y otras muy malas, aunque su estampa en determinados momentos se nos va a quedar a todos para siempre.

Renovó su contrato, jurando fidelidad eterna, con el equipo de su vida, cuando lo fácil era irse, y nadie, haciéndolo bien, le hubiera reprochado nada. Tiró del equipo cuando peor estaba todo, recuperándose de una lesión delicada para poder estar en la final de Copa, donde sus lágrimas forman ya parte de la historia iconográfica de esta santa casa.

Fue elegido para ir al Mundial… hasta que se decidió mandarlo a casa de una forma asquerosa que no tiene perdón de Dios. Antes había fallado un penalti en Sevilla para darnos un triunfo que se escapó, y en la Supercopa de España volvió a errar, esta vez el definitivo, y nos volvimos para casa. Sigo pensando que, cuando pasan estas cosas, es que el destino, que siempre es muy puñetero, tiene algo bueno reservado, que no puede ser tan perro, tan cruel, tan hijo… de la buena ventura.

Por eso, en este tipo de partidos, con todo lo que eso puede conllevar, que nos guíe alguien como Jose, es algo que me gusta de forma especial. Un tipo de casa, que lo siente, que lo vive, y que si no estuviera en el césped porque ese es su sitio, estaría en la grada dejándose la garganta y siguiendo como cualquier otro valencianista. En ti creemos, a ti te seguimos.