Permiso para ilusionarse con el Valencia 2023-24

Si algo tiene el fútbol es que es impredecible y que la ilusión es la mayor razón de ser que mantiene vivo a este deporte. Son tiempos distintos, con un escenario mercantilizado y unas directrices cada vez más postizas, pero la ilusión de los aficionados sigue intacta incluso en clubes tan marcados por una época muy mala como el Valencia. Se han vivido años de oscuridad y la propiedad sigue muy alejada de los intereses de una grada que esta temporada está dando toda una lección de sentimiento e implicación.

Nadie va a vender falsas expectativas ni a lanzar las campanas al vuelo, pero en este principio de enero el Valencia ha conseguido buenos resultados que le mantienen vivo en la copa y en una posición perfecta para soñar con Europa a poco que las cosas se hagan medianamente bien. Pese a las disputas sociales nadie tiene derecho a arrebatar la ilusión a una afición fiel que ha sufrido demasiado.

No es el Valencia que todos quisiéramos, e un club a años luz del que hizo historia en la etapa dorada de principios de siglo pero tanto Baraja como los jóvenes han devuelto parte del orgullo y sentido de pertenencia. El valencianismo tiene derecho a ilusionarse con cotas mayores y la plantilla merece un voto de confianza y todo el apoyo.