La permanencia del Valencia en Primera

El objetivo del Valencia es seguir en Primera, como sea, de la forma que sea, y si encima nos podemos evitar sufrir como perros, mucho mejor. Todo lo que sea salirnos de ese camino, que se ha tenido muy claro desde el primer día, es equivocarnos, y mucho, y además sin ningún sentido posible. Los altos y bajos de esta plantilla también estaban mucho más que previstos, pero claro, en los altos no nos acordamos, y en los bajos nos acordamos de la madre de todo el mundo.

Normal, muy humano y perfectamente comprensible, además de sensato, porque la condena de Lim no tiene sentido ni por dónde cogerlo, que se ha dicho muchas veces, pero igual no son suficientes. No, no soy conforme con este objetivo, no me gusta, me siento incómodo, mal, cabreado, disgustado, y al mismo tiempo aterrado. Tengo claro, como todos, que el culpable está en Singapur, aunque también es igual de cristalino que mi equipo, mi club, mi estadio y mi gente están aquí, en Valencia, en mi tierra.

Las salidas de tono con respecto al ambiente pueden tener un pase, pero sólo uno, y siempre y cuando se tenga claro que el siguiente paso es dejarnos el alma para ayudar al equipo a no bajar. Si, suena muy duro, y jamás se lo escuché a mi padre salvo dos veces, con dos años que se torcieron, uno concluido con salvación milagrosa, y el otro con la mayor vergüenza de todos los tiempos.

Nunca en agosto, de ninguna forma como lo primero que había que conseguir antes de pensar en nada más. Ninguno de nosotros ha confeccionado estas malditas reglas del juego, pero somos nosotros los que tenemos que hacerlas cumplir de la forma que sea. Porque el bien mayor, el Valencia, es lo que más nos debe importar a todos.