Un Valencia con personalidad, hecho por Rubén Baraja

El Valencia que está creando Rubén Baraja es algo muy serio. Primero porque es nuestro equipo, y eso ya debería ser suficiente. Pero al margen de esto, con los mimbres que tiene, con los problemas que tiene que salvar, con una plantilla muy justa de efectivos, y con el peso de un histórico del fútbol español y europeo, que mete casi 45.000 personas cada fin de semana en su estadio para llevarlos en volandas, es para ponerse en pie y aplaudir.

Porque cuando ve jugar a este Valencia, identifica un estilo, un sello, una personalidad. Los futbolistas saben lo que tiene que hacer en el campo, y lo hacen bien, aunque luego se cometan errores, que eso les pasa a los mejores del mundo. Pero siempre hay un plan, siempre hay un camino que seguir, y eso ocurre porque se ha trazado durante muchos meses para que se llegue ahora a este punto. Todos aportan, sean titulares o jueguen el añadido de cada choque.

Ponerse objetivos, o límites, ahora mismo no tiene sentido, porque lo que toca es disfrutar de este proceso, que es maravilloso, que pone la piel de gallina. Y cuando dentro de varias jornadas, y varias son unas cuantas, miremos a la clasificación, pues entonces ya analizaremos dónde podemos terminar. Ahora sólo hay que pensar en el Madrid, en ir allí a competir como lo hacemos siempre y, con un poco de suerte y si no hay factores extraños, intentar traernos algo a casa.