La "mafia" de Jorge Mendes en el Valencia

Lo de la trama empieza a ser ya un tema recurrente, y el problema es que nos vamos a terminar creyendo que todo es de determinada manera

Toni Hernández | 03 NOV. 2022 | 00:01
Jorge Mendes

Jorge Mendes no roba en el Valencia ni comete acto delictivo alguno. Y si alguien tiene pruebas de lo contrario, ya está tardando en ir a poner una denuncia al juzgado de guardia. Porque no puede ser que estemos montando un relato basado no tengo muy claro en qué, que lo único que va a conseguir es encender al entorno. Y como soy más viejo que andar, el juego lo veo a legua. Se prende la llama, de forma discreta pero continua, se espera a ver qué pasa con la pelota, si entra o no entra, y en el caso de que no lo haga, nos lanzamos como si no hubiera mañana para que todo salte por los aires.

El relato es el relato, y llevamos con el actual ya muchos meses. Hay que intentar mover a la calle, porque es lo único que se termina consiguiendo, y para ello hemos llegado al punto, hace bastante, del todo vale. Y todo no puede valer, porque si queremos tener argumentos debemos ser rigurosos. Si pretendemos ser serios no podemos acudir con medias verdades. Si de verdad hay algo delictivo en el proceder empresarial de Mendes, se debe denunciar, pero no en las redes sociales, sino ante la justicia y con pruebas de verdad, no con suposiciones y películas antiguas. Hacer ruido está muy bien, alguno tendrá hasta su minuto de gloria, pero de ese punto no pasará nada de lo que se haga... y encima se sabe.

Lo del "trama Mendes" es que a mí, además, me hace gracia. ¿Qué es realmente? ¿Cómo se hace? ¿Todos los agentes del mundo se dejan llevar y permiten al luso jugar con sus activos? ¿Alguien conoce a Rodri, el agente de Soler, y me puede decir, mirándome a la cara, que le ha dado carta blanca con su futbolista? ¿La trama Mendes es traer a Cancelo, André Gomes y Otamendi por 47 millones y venderlos por casi 150? Y el dinero, recuerdo, SE QUEDA EN EL VALENCIA. No entiendo muchas cosas, o sí, por lo que quizá el problema es que no veo dónde queremos ir a parar.