¿Qué significa no ser el favorito para ganar la Copa del Rey?

Que no lo seamos para el gran público no nos debe hacer caer en la trampa de olvidar lo mucho que hay en juego en este partido

Toni Hernández | 22 ABR. 2022 | 00:05
José Bordalás

El Valencia no es el favorito para ganar la Copa del Rey. No lo era en semifinales y tampoco ahora, en vísperas de la gran final. Supongo que esto, a estas alturas, ni molesta ni sorprende a nadie. Y sinceramente, no creo que sea algo que nos venga especialmente mal, aunque tampoco compro el argumento de que sea lo mejor. A este tipo de partidos hay que llegar con cierta presión, porque no se trata de jugarlos, sino de ganarlos, y que el rival sea el que todo el mundo mira como el futuro campeón nos nos exime a nosotros de nada, sino que al Betis en esta caso le genera una carga adicional. Porque de entrada, no ser favorito, al menos en este caso, implica que, sobre el papel, no eres mejor que tu contrincante, y eso no nos gusta, no nos puede gustar.

En 2019 estábamos igual, pero delante estaba el Barcelona de Leo Messi, con lo que casi era normal ese contexto. No ser favoritos implica que ellos tienen mejor equipo, antes de empezar el partido, y de cara a futuras finales, que ojalá no tarden en volver, es algo que el club tiene que trabajar para que no se vuelva a dar, a no ser que te cruces con Barça o Madrid, donde casi seguro que te volverá a ocurrir lo mismo. Que no seamos favoritos no significa, ni mucho menos, que no nos juguemos la vida en este partido. Quizá es la final con más carga en el peso a corto plazo de los últimos tiempos. En el 99 era por volver a ganar un título, en 2008 por salvar el ridículo de aquel curso, y en 2019 como guinda al Centenario.

Pero ahora nos jugamos Europa, no estar 3 años sin jugar competiciones continentales, intentar darle un giro de 180 grados a una situación que nos quema a todos… No, nos somos los favoritos para el resto del mundo, pero nosotros sabemos todo lo que está pendiente de un hilo en esta final de La Cartuja. ¿No hay que meter presión? Hace muchos años, Pablo Aimar dejó una frase perfecta para el recuerdo hace casi 20 años exactos, el 12 de abril de 2002: “¿presión? Yo disfruto jugando. La presión es la de los padres que no llegan a fin de mes”. Pues eso, muy poco más que añadir salvo el hecho de que sea ya la hora de arrancar el partido, cuando todas estas cosas pasan a un segundo plano.