Salvador González Marco, Voro, la dignidad y los guardianes de la moral

En un tiempo en el que se pone en tela de juicio todo aquello que no ayude al relato, hemos llegado a límites que no tienen excusa ni perdón

Toni Hernández | 24 MAY. 2021 | 07:30
Voro

La figura de Voro en el Valencia puede dar para escribir un libro. Y si es sincero, como en cualquier ámbito de la vida, ni todo podrá ser bueno ni todo podrá ser malo. Siempre hemos reclamado, y agradecido cuando se han tenido necesitado, eso que se ha llamado de toda la vida “hombres de club”. Tipos dispuestos a acometer cualquier función que el Valencia pudiera necesitar, porque eso, el Valencia, estaba por encima de todo. El perfil histórico siempre ha sido el mismo: discretos, buena gente, nada de estridencias ni en el comportamiento ni con la prensa, ni un reproche, ni una mala cara…

Como digo, siempre los hemos valorado, y echado de menos cuando por las razones que fuera no había nadie en la casa de ese corte. Ahora también tenemos, Voro por ejemplo, pero el tratamiento ha pasado a ser otro completamente distinto. El actual entrenador, Tendillo, Arias o Bossio han sido encasillados por parte de cierto sector porque están “a sueldo de Meriton”. Esto es una gilipollez supina, porque por esa misma regla de 3, toda la plantilla también lo está, y cuando nosotros compramos un pase, una entrada o una camiseta se lo estamos comprando a Meriton.

Y cualquier valencianista sensato sabe que eso se hace al Valencia, a nadie más. Luego siempre se alude a la dignidad con el sueldo de otros, que es muy bonito, y muy valiente. Como si ninguno de nosotros tuviera jefe y siempre estuviera de acuerdo con lo que nos mande hacer. Hay que ser muy "valientes" para hacer estas cosas, o empeñarse en confundir el todo por la parte, que al final, en la guerra, todo agujero es trinchera.