El Valencia se juega la vida... y sólo acaba de empezar

La presión va a ir aumentando, y la gestión de este tipo de situaciones va a ser a clave para poder salir bien parados de todo esto

Toni Hernández | 30 DIC. 2020 | 07:30
El Valencia entrenando

“El Valencia juega una final en Granada”. Esto sólo acaba de empezar, pero es lo que nos viene, cambiando el nombre del equipo y la ciudad donde se juegue, porque es lo que nos espera de aquí y hasta el final de la temporada. Es un poco lo mismo que llevamos viviendo desde 2018, cuando ya en aquel partido contra el Huesca se jugaba una final. Disputamos muchas ese año, hasta una de verdad, e incluso la ganamos.

Eso generó una presión descomunal a un grupo mucho más maduro que este, que la llevó bien y la positivizó en estado máximo, y por eso volvimos a jugar la Liga de Campeones… y a tocar el cielo en Sevilla aquella noche de mayo de 2019. Pero ahora es 2020, camino del 21, y es otro contexto totalmente distinto. Alguno dirá que esto es paternalismo. No se ha entrado en un vestuario profesional ni haciendo el tour de Mestalla, pero sabemos lo que se siente ahí dentro en momentos como este, y sobre todo, lo que se necesita...

La falta total de empatía resulta siempre peligrosa, y cuando el morro es tan fino que pensamos que la camiseta (sin los mejores jugadores) gana partidos, estamos bordeando la tragedia. No jugamos una final, jugamos un partido que vale 3 puntos, y que por supuesto, hay que ganar para paliar la tensión que tenemos todos. Si de verdad cada uno no aporta su granito de arena, que el Valencia a ese nivel sí es de todos, nos estamos equivocando, y mucho. En mi opinión, claro.