Lo que el Valencia hace mal, se grita, ¿y lo que hace bien se silencia?

Cuando el Valencia comete errores, demasiado a menudo, el ruido es atronador. Cuando hace cosas bien, el silencio es abrumador. Incluso parece que sepa mal. Confundimos a los dirigentes con el club, y eso es no entender nuestra grandeza. Aquí siempre me acuerdo de mi padre. Yo no era muy inteligente cuando estudiaba, pero sí era constante. Era, eso sí, muy de letras. Y cuando llegaban las notas, me miraba las asignaturas (de ciencias) en las que yo era más flojo. “Pero papá, mira las otras notas”. Y él siempre me decía, “pero eso es tu obligación”.

Es decir, hacer las cosas bien parece que va implícito, pero en el caso del Valencia, porque mi padre también estaba orgulloso de cuando yo sacaba sobresalientes, se tiene que contar lo bueno y lo menos bueno en la misma medida. Porque en caso contrario, parece algo “raro”. Por esto seguro que me llaman blanqueador y alguna estupidez más de las que está de moda. De verdad que me sabe mal, pero es que me río mucho con estas cosas. Porque ser lógico y normal ahora se llama así.

Es como con Manolo Llorente. Un tipo que es el culpable de que Lim esté aquí, da lecciones de cómo se deben hacer las cosas… hasta que se le ocurre decir que igual Lim no es tan malo, con lo que pasa a ser blanqueador. Que la Junta no va a ser presencial, que está muy mal y es un error de torpes, lo sabemos de sobra, está mil veces dicho. Que Yunus ha renovado, hay que buscarlo para encontrarlo. Y contarlo hay que contarlo todo, lo bueno y lo malo, y entiendo que por igual.