El encendido debate sobre Carlos Soler

Carlos Soler se ha convertido esta temporada en uno de los focos de debate del valencianismo. Sus partidarios le apoyan y defienden que ha tenido que sacrificarse por jugar en un puesto que en teoría no es el suyo, valoran su aportación y entienden que puede marcar época. Sin embargo hay un sector de la grada que no está contenta con su aportación y también tiene razones para ello, las discrepancias no han llegado a la altura de las Dani Parejo pero empiezan a ser importantes. Como en todo, es obligado intentar analizar su caso con objetividad y no dejarse llevar por los extremismos. La temporada de Soler es irregular, hasta el momento siempre estuvo un peldaño por debajo del nivel mostrado al final de la pasada campaña, no obstante ha seguido manteniendo su rol de titular cuando estuvo disponible y cuando está bien el equipo lo nota.

¿Hay que pedirle más? Por supuesto, calidad le sobra y es una evidencia que en 2020 está sufriendo un bajón, Soler no está bien. La exigencia está más que justificada ya que Carlos Soler ha pasado de ser un valor de la cantera a uno de los pesos pesados del vestuario. Muchos aficionados no comparten esa máxima de que el valenciano no puede ser un crack pero en cambio es un futbolista completo en muchos aspectos. Soler es uno de los futbolistas más talentosos salidos de la escuela en los últimos años y por ello no debe conformarse simplemente con ser valorado por su valencianismo, implicación y algún destello puntual. Carlos Soler tiene muchas virtudes y es firme candidato a convertirse en una referencia del fútbol nacional, pero para ello debe seguir quemando etapas y dar el salto. La exigencia es razonable.