Un partido para demostrar quién está comprometido con el proyecto del Valencia

El partido que el Valencia debe jugar y ganar contra el Real Valladolid en el estadio José Zorrilla es mucho más que eso. Porque estamos hablando de una final en toda regla, un momento muy concreto en el que el club se juega su futuro, que puede ser mejor obteniendo la victoria y mucho peor si no ocurre. Y los principales beneficiados o perjudicados, amén por supuesto de los aficionados que siempre están por encima de todo, son los jugadores y el cuerpo técnico, ya que la gran mayoría estarán aquí el año que viene, y en sus manos, sus pies y su cabeza, está que el equipo pueda volver a pelear con los más grandes de Europa o se tenga que conformar con la segunda división continental, por muy entusiasmados que estábamos todos con ganar la Europa League el día del Arsenal.

El compromiso de los jugadores, especialmente de ellos y del que nadie duda porque lo han demostrado, es lo que va a ganar el partido por encima de la táctica, la técnica o el plan de partido. A nivel físico se está al límite: 37 partidos de Liga, 8 de Copa del Rey, 6 de Champions y otros 8 de Europa, con jugadores que venían de jugar Mundial, que siempre pasa factura, y una enorme cantidad de lesiones que han lastrado a los de Marcelino mucho más de la cuenta. No hay excusas, que yo no soy ni el presidente ni el entrenador, son explicaciones lógicas al año. Y por eso ahora hay que hacer un sobre esfuerzo, sacar orgullo y compromiso, y dar un paso más por algo que es mucho más que un equipo de fútbol.