Carta a Anil Murthy: qué es el Valencia

Un gestor no debe tener el sentimiento, no está para eso, pero si se pisa ese terreno, hay que saber dónde te metes y conocerlo bien

Toni Hernández | 10 DIC. 2018 | 00:01
Entrada final Milán 2001

Señor Anil Murthy, presidente del mi equipo, le voy a intentar explicar, desde el más absoluto respeto, qué es el Valencia. Pero no desde una verdad absoluta, sino sólo desde mi punto de vista, porque yo simplemente soy uno de esos cientos de miles de valencianistas que hay en el mundo, que vive su club a su manera, a su forma. No hay dos sentimientos iguales, quizá michos parecidos, pero nunca idénticos. Y eso significa que somos universales, gigantes, extendidos por todo el mundo desde hace casi 100 años a pesar incluso de nosotros mismos. El Valencia es una forma de vida y una forma de vivir, por lo tanto intocable para todos aquellos que hemos nacido y crecido con ello, que hemos heredado esto de nuestros padres, y que tenemos a gala legarlo a nuestros hijos. No tiene porqué entenderlo, sólo debe respetarlo.

El Valencia es saber que no vas a ganar casi nunca, pero pensarlo siempre, al más puro estilo de Jorge Iranzo. Es ver que hay otros que tienen más que tu, y que les puede ganar, que les has ganado, y que eso no se paga con dinero. Es que la emoción de ir a Mestalla cada partido sea como la del primer partido, viendo en cada rincón un recuerdo con tus abuelos, tus padres, tus hermanos, tus hijos, tuits nietos, tus amigos. Es que tu puedas criticar a tus jugadores y a tu entrenador, pero no consientas que nadie de fuera los roce aunque diga lo mismo que tu. Es hacer mil peripecias para seguir cualquier partido estés donde estés. Es la emoción indescriptible de cantar un gol, cualquier gol, en cualquier partido.

Señor Murthy, repito, desde el respeto y desde el desconocimiento, porque aquel café de hace dos años quedó pospuesto y ya nunca hubo tiempo para él, no debe entenderlo, pero sí conocerlo y respetarlo. Yo discuto cada semana con amigos porque sienten el Valencia de un modo diferente al mío, pero jamás les llamaría falsos aficionados. El cariño se gana con actos y con gestos, no encabronando a todo el entorno, a todo, sin apenas tener poder porque al final el que manda aquí se llama Peter Lim. Señor Murthy, nadie le puede echar salvo el dueño, y eso no va a pasar de momento. Haga usted un esfuerzo por entendernos a todos, que somos buena gente, y todos reales, muy reales, fieles y valencianistas de pies a cabeza.