La segunda traición de Lubo Penev al Valencia

La historia se repite 22 años después, pero en esta ocasión es una falta de respeto y de compromiso absolutamente impresentable

Toni Hernández | 18 NOV. 2017 | 10:31

Lubo Penev ha traicionado al Valencia por segunda vez en 22 años, y si una es demasiado, dos es impresentable. En 1995, después de que el club se portara con él como tocaba después de tener una grave enfermedad que le tuvo muchos meses fuera de los terrenos de juego. Una vez recuperado, acababa contrato y quiso renovar como la estrella que no era, y pretendía equipararse con Pedja Mijatovic, por aquel entonces el hombre más importante de la plantilla. Se le habían dado todos los privilegios, era el niño mimado, el capitán, el intocable , y todo ello tuvo como premio que no quisiera seguir, que se marchara al Atlético de Madrid para ser campeón de Liga y Copa (aunque lo echaron al año siguiente) y que terminara pegando al presidente del Valencia, entonces Paco Roig, en una vergonzosa imagen para la historia.

Pero con el paso de los años Lubo sigue siendo aquel niño caprichoso que cree que todo lo que se le antoje lo tiene que hacer. Que le regalan el Valencia B, el Mestalla, para el que muchos otros se preparan durante años, y él, cuando encuentra algo mejor, se larga. Lubo, así no querido, pero es que así ha sido tu vida siempre. No es una pena, es una desvergüenza y una falta de respeto absoluta a quien te ha dado casa dos veces, quien te ha dado un nombre, y a quien ha traicionado por segunda ocasión. Si alguien permite una tercera, que paren el tren, que algunos nos bajamos.