El cese de Pako Ayestarán

Con los números en la mano no tendría ni que haber empezado, pero el fútbol puede ser mucho más que simples números, aunque sean horribles

Toni Hernández | 12 SEPT. 2016 | 00:02

El cese de Pako Ayestarán como entrenador del Valencia corrió como un reguero del pólvora en Mestalla con el partido contra el Real Betis recién acabado, con muchos jugadores todavía sin ducharse si quiera, y es que era la sexta derrota consecutiva del Valencia, 3 antes del cierre del año pasado y otras en el comienzo de este, la peor racha de todos los tiempos, otro récord negativo que cae en poco tiempo, y van siendo demasiados en los últimos tiempos. Con ese panorama, si Pako hubiera caído ayer mismo nadie se hubiera extrañado, numéricamente hablando, claro. Lo que nos hubieran dicho, o nos digan, desde fuera de Valencia, simplemente nos tiene que dar igual, porque habla quien no nos conoce pero nos juzga, y eso siempre ha sido un pecado. En estos tiempos, ya no queda claro.

Pero si fuera por números, Pako no debería haber empezado, y por sensaciones, igual ni haber terminado la campaña pasada. El sainete de si seguía o no me superó, y la elección más, porque para que saliera bien debía ir todo rodado desde el comienzo, y 3 derrotas seguidas, cada una de su padre y de su madre, pero 3 derrotas al fin y al cabo, no es precisamente arrancar de forma positiva. El partido contra Las Palmas fueron horrores defensivos, el del Eibar mala suerte, ¿y el del Betis? 75 minutos desastrosos que se salvan con coraje y poca cabeza, ya que un punto era mucho más botín del que se podía sacar con el 0-2 y uno menos, y caer en el 92 sólo hace que hurgar en una herida profunda.

Fui muy claro con el tema de Pako, para mi NO DEBÍA SER EL ENTRENADOR, y expliqué mis motivos, y como saben los que más me conocen, lo peor que puede pasar siempre es que tenga razón, porque eso nunca es bueno. ¿Debe ser cesado? El fútbol dice que sí, aunque ahora falta saber qué dicen Peter Lim y Suso García Pitarch, porque esto no es sólo cuestión de números, sino de muchas más cosas.