La Champions tendrá que esperar (1-1)

El Valencia jugó un decepcionante partido en Mestalla y no pudo pasar del empate ante el Celta. La victoria del Sevilla aprieta la clasificación.

Jose Hernández | 17 MAY. 2015 | 17:40

El Valencia Club de Fútbol no pudo confirmar su clasificación para la Liga de Campeones al no pasar del empate ante el Celta. Un gol de Otamendi en el segundo tiempo dio esperanzas a la afición, pero la victoria del Sevilla y la incapacidad de los de Nuno para sacar adelante el encuentro provocaron que el Valencia se juegue la temporada en un dramático último encuentro ante el Almería.

Ambiente de gala en Mestalla en una tarde en la que el valencianismo se había conjurado para celebrar la clasificación para la Champions League. El Valencia, que ha sido infalible en Mestalla durante toda la temporada, no dio muestras del nivel al que su afición estaba acostumbrada y pagó los nervios y la presión desde el pitido inicial. Una defensa imprecisa y la buena disposición del Celta de Berizzo sorprendieron al ímpetu de un Valencia desconocido en la primera mitad. En el minuto 9 de juego un escalofrío recorrió Mestalla, justo cuando Pablo Hernández se aprovechó de una indecisión de la zaga para rematar de forma inapelable al fondo de la red. El 0-1 provocó que los de Nuno entraran en una fase de imprecisiones y desaparecieran del partido durante unos minutos.

Un desconcierto que fue aprovechado por el Celta para volver a crear peligro en una llegada de Larrivey en la que el delantero visitante no pudo dirigir su disparo. El Valencia se mostraba aturdido, con más corazón que cabeza y un centro del campo que no funcionó hasta mediado el primer tiempo. Los de Nuno comenzaron a ver una luz de esperanza cuando Javi Fuego y André Gomes pudieron hacerse con la manija del juego. La seguridad de los centrocampistas logró salvar las continuas pérdidas en la salida de un Mustafi que no estuvo bien en ninguna fase del partido. Por si fuera poco, el Valencia se encontró con un contratiempo más, la lesión de André Gomes, que pese a intentarlo, tuvo que abandonar el terreno de juego cediendo su puesto a Enzo Pérez.


En los últimos minutos de la primera parte el público de Mestalla despertó, no sin antes recriminar al equipo su actitud tras un disparo de Krohn-Delhi que se marchó alto. El empuje de la grada arrastró a los jugadores en los últimos minutos del primer acto y el Valencia creó sus mejores oportunidades. Los de Nuno pudieron empatar justo antes del descanso, cuando Feghouli (uno de los pocos que se salvó en el primer tiempo) habilitó con maestría a Gayà, que se incorporó por banda izquierda para colocar un balón de oro que Paco Alcácer no pudo aprovechar. Una ocasión que hizo que el Valencia se marchara al descanso dejando una sensación agridulce. Una muy mala primera parte en la que el Celta se encontró más cómodo en todo momento.

La salida del Valencia en el segundo tiempo fue totalmente diferente. Una actitud renovada y la participación incisiva de Enzo Pérez, provocó que ya en los primeros compases del segundo acto los de Nuno pudieran empatar primero con un remate espectacular de Otamendi que se estrelló en el Larguero y posteriormente en una internada en la que Piatti no vio a Alcácer, que esperaba solo en el área pequeña. El Valencia se mostraba renovado y con nuevos brios, además de que las noticias que llegaban de Sevilla provocaron que Mestalla se convirtiera en un volcán de emociones; justo el aliento que el equipo necesitaba para poder cambiar las cosas. Nuno se la jugó y retiró al impreciso Mustafi para dar entrada a Negredo y comenzar a jugar con línea de tres en defensa. Fue el preludio del gol del empate, un tanto merecido que llegó tras una falta lanzada por Parejo que Sergio no pudo atajar. El despeje fue aprovechado por el omnipresente Otamendi, que remató a la red para hacer enloquecer al campo de Mestalla.

Tras el empate el Valencia jugó sus mejores minutos en ataque. El peligro llegó por banda izquierda, donde Gayà y el recién incorporado De Paul llevaron el peligro una y otra vez, pero Negredo volvió a ser el jugador batallador que ha demostrado ser durante toda la temporada y también el hombre falto de pólvora en los momentos decisivos. Al Valencia se le escapaban dos puntos de su estadio, aunque podrían haber sido los tres si el equipo de Berizzo hubiera estado acertado en las dos contras que tuvo antes del final. Durante el encuentro se reclamaron dos penaltis en el área del Celta que el colegiado no quiso ver. Al final, decepción en Mestalla y sorpresa, ya que el Valencia tendrá que esperar una semana más para poder celebrar su clasificación para la Liga de Campeones.